“No haya entre vosotros más que un solo corazón y un mismo espíritu. Ojalá se pueda decir de los Maristas como de los primeros cristianos: ¡Mirad cómo se aman!”. Con esta frase de bienvenida ha comenzado la Asamblea de la Provincia marista Ibérica. Contigo es el lema que nos acompañará estos días de búsqueda que dieron comienzo la tarde de ayer. Como en cualquier reencuentro familiar – aún más después de mucho tiempo sin hacerlo – la alegría, las sonrisas y los abrazos fueron signos evidentes del cariño y el afecto que existen entre los que nos reconocemos como maristas de Ibérica.

“Hoy nos toca ver, permanecer con los ojos abiertos ante la realidad que nos rodea; tocarla, sentirla y escucharla”. Estas palabras de Ana Sarrate han servido para motivar la mañana. Divididos en tres grupos, hemos recorrido los talleres que nos han hablado de fraternidad, conflicto y ecología. Hemos podido ver, tocar y sentir la realidad. ¡Hasta la hemos podido oler! Hemos tenido que poner en juego todos los sentidos para dejarnos atrapar por una realidad que muchas veces pasa a nuestro lado de manera silenciosa. Ousman Umar, junto a la patera con la que se jugó la vida en el mar, unos niños abandonados, esperando a ser recogidos por unos padres que nunca van a llegar, un anciano en soledad, una mujer junto a un bote de pastillas, jóvenes irresponsables quedando para hacer macro botellones o la foto de la naturaleza devastada por el ser humano son imágenes del grito ensordecedor de una realidad que gime de dolor. Junto a esto, y con la misma fuerza, hay otras realidades que abren una puerta a la esperanza: asociaciones en lucha por los derechos humanos, jóvenes organizados para frenar el cambio climático, los maristas azules de Siria o tanta gente comprometida y anónima que refleja el rostro amoroso del Dios también presente en la historia.

Por la tarde se ha iluminado la realidad desde la óptica marista. El hermano José Luis Santamaría nos ha presentado el caminar del instituto, desde los tiempos de Champagnat hasta nuestros días, en los tres ámbitos que configuran el carisma marista: la misión, la espiritualidad y la vida comunitaria o en fraternidad. El hermano Ernesto Sánchez, superior general, nos ha abierto la mirada a todo el mundo marista. En un vídeo enviado para esta ocasión, nos ha ofrecido una visión actual de los avances y retos que se nos presenta en el ámbito de la espiritualidad. En la misma línea, Raúl Amaya, coordinador del secretariado de laicos, nos ha presentado los progresos y desafíos de la vida en comunidad. Por último, el hermano Luis Carlos Gutiérrez, vicario general, nos ha mostrado los logros y las apuestas de futuro de la misión que se están dando en todo el mundo marista.

En un ambiente de oración hemos concluido la jornada, convencidos de que Dios habita en medio del sufrimiento y la esperanza. La realidad puede ser punzante y dolorosa pero el carisma marista es una oportunidad para hacer presente en el mundo y nuestras realidades locales una nueva forma de vivir la fraternidad, la espiritualidad y la misión.

Jaime Comabella 

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