Domingo, 3 de noviembre de 2024.
El último día de la Asamblea amanece luminoso, después de varios días de nubes y niebla. Un día precioso de otoño para acompañar las últimas reflexiones y la búsqueda de las conclusiones del trabajo realizado.
Nuestra oración de la mañana comienza con un tiempo de silencio e interioridad, tras lo cual tenemos un tiempo de reconocimiento con las personas que tenemos al lado. Finalizamos nuestra oración pidiendo a Jesús que nos ayude a ser luz y presencia en todos nuestros lugares de misión, y que sepamos vivir el Evangelio con sencillez y entrega.
La mañana discurre entre puestas en común, debates y reflexiones compartidas en las cuales intentamos desgranar qué líneas de acción consideramos prioritarias para el próximo trienio. Los temas que aparecen con más recurrencia hacen referencia al trabajo con los Montagne de hoy y sus necesidades emergentes y la sostenibilidad de la identidad y el carisma marista, especialmente con los más jóvenes. La secretaría de la Asamblea, junto con el Consejo de obras educativas y el Consejo de vida marista, trabajará los próximos días para ordenar toda la información y ofrecernos unas conclusiones para el Capítulo provincial.
Nuestra Asamblea finaliza con una Eucaristía de envío, en la que celebramos con alegría lo vivido, lo reflexionado y lo compartido, antes del regreso a las realidades de cada uno. Así, entre las últimas reflexiones, intercambios de pareceres y abrazos de despedida, damos por concluida la II Asamblea provincial de hermanos y laicos.
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