Lardero, 2 de noviembre de 2024, día de los fieles difuntos
El día de hoy lo comenzamos con un recuerdo a nuestros difuntos, esas personas que fueron importantes en nuestras vidas, a los que ponemos a los pies de María. La oración nos anima a ser sal y ser luz, siendo testimonio del Evangelio, como Buena Noticia, desde el amor.
A continuación, hemos continuado con el trabajo en los cuatro talleres que comenzamos ayer, y de los que, hoy sí, podemos contar unas líneas generales:
- Necesidades emergentes: una experiencia inmersiva y sensorial en el que podemos sentir físicamente el dolor de un espino, el olor de la pobreza, la falta de sustento. Un taller que nos lleva a conocer con mayor profundidad las necesidades que hoy requieren de nuestra acción: migraciones, nuevas capas de pobreza, vulneración de derechos, crisis medioambiental y salud mental y emocional.
- Familia carismática: en torno a una jaima (física, no metafórica), reflexionamos sobre el carisma marista por medio de cuatro expresiones artísticas: el concepto de hogar mediante la construcción con plastilina, técnica audiovisual con testimonios de los jóvenes, cómo continuar la historia marista mediante la realización de diseños pictóricos y los cuentos como elementos evocadores. Todo ello con el objetivo de hacer una nueva tienda, abierta al mundo, que sea un lugar de acogida en esta sociedad líquida en la que nos preguntamos cómo formar parte de esta familia y quién es quién en ella.
- Evangelización: por medio de una animada dinámica, niños y jóvenes de nuestros colegios nos hacen ver su visión de conceptos que para nosotros son habituales, pero que, en su lenguaje, a ellos les suena muy diferente. Ello nos lleva a reflexionar que expresiones como “pastoral”, “testimonio” o “diálogo fe-cultura” necesitan una adaptación por nuestra parte para que lo que queremos transmitir sea significativo para ellos.
- Cuidado: reflexionamos sobre el cuidado como un itinerario existencial que da profundidad y sentido a la vida. Trabajamos con diferentes tipos de cuidado y dónde ponemos el énfasis desde nuestra experiencia. Y finalizamos con el ejemplo del Dios cuidador, como viñador y como pastor, como un padre que lleva nuestro nombre tatuado en la palma de su mano.
Finalizadas las actividades de la mañana con la tradicional foto de todos los participantes de la Asamblea y el agradecimiento a las personas de la casa que están haciendo fácil nuestra vida aquí, ya la tarde comienza el suave aterrizaje de todo lo vivido en la asamblea. Primero mediante un tiempo de discernimiento personal, motivado por el hermano Jaime desde la búsqueda de los nuevos Montagne. En este tiempo, se nos invita a desgranar las emociones que hemos sentido en las diferentes actividades, y dejar que Dios nos hable del futuro de la Provincia. ¿Qué intuiciones nos sopla el Espíritu? El tiempo posterior para el diálogo por grupos ha sido el momento de ir sintetizando nuestras reflexiones en propuestas concretas de acción para debatir.
El trabajo de la jornada lo finalizamos con un nuevo encuentro con Dios y con la comunidad en la oración vespertina, que permite reposar los sentimientos y las emociones antes de que mañana, último día de nuestra Asamblea, lo dediquemos a redactar las propuestas concretas de conclusiones para el Capítulo provincial.
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